Cabos y nudos. Utilización de los cabos según viento y corriente. Manejo de Cabos

En lugares en donde existe una fuerte corriente de una sola dirección dos amarras en disposición tal como se indica en la figura servirán para mantener el buque atracado.
En primer lugar procederemos al atraque aproados a la corriente y daremos un largo a proa, de una longitud aproximadamente igual a la mitad de la eslora de la embarcación.
Tendremos preparadas defensas en el costado y amuras, para evitar que el buque sufra daños en el casco o en la borda ya que al dar el largo y hacerlo firme el buque irá con rapidez hacia el muelle.
Posteriormente daremos un spring a popa, haciéndolo firme, en el muelle, todo lo más a proa que se pueda.
Cuando la corriente empuja sobre el barco, la tensión del spring tira de la popa hacia el muelle, en ese momento lascaremos un poco del largo dejando que la proa abra hasta que forme un ángulo de unos 5 grados con la dirección de la corriente.
Esta disposición formará un sistema de fuerzas entre corriente y amarras que evitará que el buque permanezca golpeando contra el muelle.

De acuerdo con lo apuntado hasta el momento, es lógico pensar que los cabos siempre deben estar oponiéndose al movimiento del empuje que pueda sufrir el barco debido al viento, corriente o ambos juntos, que inciden en la obra muerta y en la obra viva. Por ello, se colocarán, de acuerdo con los efectos ya estudiados, teniendo en cuenta que el primer cabo que se da es el que se opone al movimiento producido por los agentes citados, y es también el último en largarse

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Manejo de Cabos

Los cabos deben estar siempre adujados, limpios, separados del óxido y del aceite, así como protegidos de las inclemencias del tiempo.
Cuando los usemos, evitaremos la abrasión, el excesivo desgaste, hacer costuras, el recalentamiento, las dobleces y las cocas.
Los chicotes de los cabos deben estar asegurados con un remate para evitar que se deshilachen.
Generalmente, los remates de los cabos de fibras naturales se hacen mediante ligaduras (falcaceado) con hilo de vela. Los falcaceados sirven para evitar que se deshagan los chicotes de los cabos
Los cabos sintéticos se rematan quemando las puntas. La unión de cabos se llama ayuste, y se hace con gazas, costuras y falcaceado.
Los cabos modernos requieren poco mantenimiento, pero un mínimo es necesario si se quiere conservar su rendimiento durante un buen período de tiempo.
Ante todo hay que saber utilizar cada cabo correctamente.
Una driza de kevlar que se haga pasar por una roldana demasiado pequeña se gasta rápidamente, debido a la fractura de las fibras internas. Esta situación es mas grave en caso de los cabos trenzados, pues el desgaste no se detecta tan fácilmente como en los cabos retorcidos o torsionados.
Hay que tener mucho cuidado al recoger los cabos, en particular los torsionados, ya que son mas sensibles a la formación de cocas.
Enrollar y desenrollar un cabo no es tan simple como parece, una aduja mal hecha puede provocar cocas y nudos que reducen considerablemente la resistencia del cabo. Hay que enderezar las cocas en el momento en que se formen, antes de que se produzcan otros daños.
Para adujar correctamente un cabo hay que empezar siempre por el extremo que está firme, lo que evitará que se enrolle sobre sí mismo.
Para los cabos de talla media, se sujeta el firme con una mano y se toma el extremo libre (chicote) con la otra, recogiéndolo sobre el firme. Si se forma un ocho, se ha de girar el cabo sobre sí mismo; el diámetro de la aduja, así formada, debe de tener en cuenta tanto la longitud como el diámetro del cabo. Para grandes diámetros se utiliza el mismo método, pero sujetando el firme bajo un pie y formando círculos delante de él. Un cabo así adujado debe ser recogido, a ser posible, en suspensión.
Aunque no hay problema en guardar provisionalmente los cabos de fibras sintéticas en un lugar húmedo, es mejor que no permanezcan en él mucho tiempo, sobre todo durante la época de invernada.
De vez en cuando, es buena medida aclarar los cabos con agua dulce y tibia para quitar la sal. No hay que

meterlos nunca en la lavadora pues, aunque les devuelve su aspecto nuevo, este procedimiento rompe las fibras internas.
El desgaste debido al roce es, sin duda alguna, el mas habitual en los cabos; todas las poleas, mordazas, winches, cornamusas y otros mecanismos de bloqueo, son piezas que acaban desgastando hasta los mejores cabos.
Ante todo, hay que dimensionar el diámetro de los cabos en función del acastillaje, y no dudar en adquirir longitudes mas grandes con el fin de poder, en un momento dado, invertir el cabo para repartir mejor el desgaste.
Conocidos los distintos tipos de cabos, se hace preciso elegir el mas adecuado para cada una de las tareas que tengamos que efectuar.
Para el fondeo, amarras y remolque, por ejemplo, elegiremos un tipo de cabo elástico que absorverá buena parte de los tirones a los que estará sometido; los cabos torsionados de nylon son magníficos para estos trabajos.
Para las drizas y escotas buscaremos un material muy estable, que impida estiramientos inoportunos, que nos aflojarían la vela varios centímetros; para esta necesidad podemos recurrir a cabos de poliester preestirado o cabos aramídicos; es preferible que las escotas vayan forradas, para que tengan un tacto suave.

ADUJAR :
Es recoger un cabo, cable o cadena para que ocupe menos lugar y no se enrede, es decir, para tenerlos claro; se efectúa formando vueltas paralelas, anillos paralelos o cocas circulares; a todas ellas se las llama adujas.

TOMAR VUELTAS :
Es dar vueltas, cruzadas o no, a un cabo sobre una bita o cornamusa, al objeto de sujetarlo.

HACER FIRME :
Es la acción de sujetar un cabo o cable a cualquier elemento de amarre, mediante un nudo fácil de deshacer, al objeto de que quede sujeto y no se mueva.

AMARRAR POR SENO :
Es dar la amarra de tal forma que sus dos chicotes queden a bordo, una vez pasada por el noray, bolardo o argolla.

NUDOS :
Llamamos así a los lazos o combinaciones de lazos que permiten enlazar y fijar los cabos o filasticas que se emplean contínuamente a bordo, de tal forma que cuanto mas se hale de sus chicotes mas se apriete, cierre o azoque Tienen como características, que deben hacerse y deshacerse fácilmente, ser fiables y rápidos. Sus elementos básicos son: el seno, la gaza y

la vuelta.
Existen muchas clases de nudos, de acuerdo con las misiones que han de cumplir: fijar cabos a elementos sólidos, unir cabos de igual mena, unir cabos de distinta mena, seguridad, etc.
Se calculan unos 3.900 nudos distintos.

VUELTA
Llámase así a la amarradura de un cabo a un objeto, bien sea para asegurar el cabo mismo o para mover o suspender el objeto. A veces se confunden o equivocan las voces vuelta y nudo, contribuyendo a ello el que no siempre sea fácil establecer una clara diferenciación.

COTE O MALLA
Vuelta que se forma pasando el chicote de un cabo alrededor del firme, echándolo hacia arriba por dentro del seno, y dándole una ligada. Se usa para afirmar un cabo cualquiera y evitar que se salga o salte de una polea, guía, etc.

NUDO LLANO
Es de los nudos más conocidos y usados, por ser muy fuerte. No se afloja nunca, pues cuanto más trabajo hace más se azoca. Se deshace rápidamente, salvo si está mojado.
Su objeto es unir dos cabos de similar mena (grosor). Es el resultado de dos nudos simples, uno encima del otro, con el segundo en sentido inverso al primero, teniendo en cuenta que los chicotes deben salir paralelos a sus firmes, de modo que resulte una figura simétrica ,si no es así, sale un nudo no recomendable, llamado “de vaca”.

AS DE GUÍA
Es el nudo náutico por excelencia.
Su objeto es formar una gaza sin hacer costura, o bien, en caso de rotura de la gaza, hacer una de emergencia. No se zafa nunca, y por mucho que trabaje no se azoca. Se utiliza con cualquier tipo de cabo; es ideal para unir el puño de escota de la vela de proa con su cabo.

BALLESTRINQUE
Se da una vuelta pasando el seno por encima de uno de los chicotes de un cabo, después otra en la misma dirección pasando el otro chicote por debajo del seno. Sirve para izar un objeto, para afirmar un chicote a un pasamanos o para afirmarlo a algún elemento fijo que pueda ser rodeado. En general, se utiliza para amarrar todo, ya que se aprieta sobre sí mismo a medida que trabaja. Se debe asegurar con una ligada o cote.