Archipiélago de Madeira

Madeira es la mayor de las islas, con una superficie de 741 km²; tiene 57 km de largo y un ancho máximo de 22 km. Porto Santo a 40 km al nordeste de Madeira, es la segunda en superficie con 42,17 km², es famosa por su enorme playa de arena de oro de 10 kilómetros y sus aguas claras, mientras que los dos últimos grupos de islas de mucho menor tamaño, están deshabitadas, las islas Salvajes a 280 km al sur de Madeira, y las islas Desertas a 25 km al sureste de Funchal.

Funchal 32° 37' 45 N lat. 16° 55' 20 W es la capital de Madeira, se encuentra en la costa sur de la isla. Las ciudades más importantes del archipiélago son, aparte de Funchal, Porto Santo, Machico, Câmara de Lobos, Santa Cruz y Santana.

Casi el 70% de la superficie de la isla principal del archipiélago es un magnífico parque natural con muchas especies endémicas de fauna y particularmente de flora que habitan hermosos paisajes volcánicos.
El volcanismo es mejor visto desde la parte alta de la isla debido a la ausencia de vegetación.

El pico de Arieiro (1.810 m de altitud) es de fácil acceso por la carretera.

Desde allí comienzan muchos senderos hacia las cumbres vecinas entre las vistas aéreas de las escarpadas montañas rojizas. El más popular es el que lleva al pico de Ruivo (1.862 m, el más alto del archipiélago).
Pero los caminos que han traído claramente la fama internacional a Madeira son las levadas, caminos abiertos que canalizan el agua de las montañas.
La levada más fácil y accesible está en Ribeiro Frio y lleva, envuelta entre el laurel, al mirador de las Balcões. Se encuentra en la parte norte de la isla, cerca de Santana, una bonita ciudad rural conocida por sus casas tradicionales con techo triangular.

También descubrirás la parroquia civil oculta de Curral das Freiras, llamada así por ser el lugar donde las Clarisas de Funchal escaparon con sus tesoros tras huir de las invasiones piratas y el pueblo pesquero de Cámara de Lobos cuyo pequeño puerto pesquero y la atmósfera conquistó a Winston Churchill. Incluso lo pintó durante sus vacaciones en 1950.

De los focas monje o "leones marinos" que una vez habitó el lugar no queda nada y de Churchill, sigue siendo sólo un restaurante con su nombre cerca del balcón donde el famoso primer ministro británico hizo la obra de arte, un cepillo en la mano y un cigarro en la boca. Desde este punto de vista, como se puede ver en la pintura, las casas blancas del pueblo tienen como fondo extraordinario el Cabo Girao, el cabo más alto de Europa y el segundo más alto del mundo (580 m de altitud).