La Carena. Los Redanes
Cabe diferenciar tres tipos de carena: de planeo, de semiplaneo y de desplazamiento.
Se considera un barco con carena de desplazamiento cuando la cantidad de agua que desplaza al avanzar no varía mucho con respecto al agua desplazada cuando está en reposo. Es decir, el casco está sumergido siempre por un igual. Como ejemplo de cascos de desplazamiento: la mayoría de los veleros, los buques comerciales, los pesqueros y los grandes yates a motor.
El caso contrario es el de los barcos de planeo que, por el diseño de la carena y a la potencia motriz instalada, navegan con la mayor parte del casco fuera del agua. Las lanchas y las embarcaciones deportivas pertenecen a este grupo.
Entre ambos grupos se encuentran los barcos de semiplaneo o de semidesplazamiento. Se trata de barcos que al avanzar evolucionan con una parte del casco fuera del agua, pero con otra en el interior. Aproximadamente un 50% del desplazamiento disminuye cuando se encuentran en una posición de máximo planeo. Algunas cabinadas y un buen número de cruceros se encuentran en este grupo. La elección del tipo de casco debe efectuarse en función del tipo de navegación que se vaya a realizar.
Un casco de desplazamiento es lento, pero seguro, y suele ofrecer una gran autonomía; casi siempre puede navegar a la misma velocidad. Por el contrario, un casco de planeo está diseñado para correr y planear. La gran potencia que se necesita para el planeo implica menor autonomía, pero planear por encima de la superficie del agua es la única manera de alcanzar esas velocidades. Esas prestaciones serían impensables en un casco de desplazamiento. Con una carena de semidesplazamiento se consiguen prestaciones intermedias, de modo que la utilizan muchos cruceros y cabinadas de eslora media.
LOS REDANES
Se conocen como tales a los realces longitudinales instaladas simétricamente debajo del casco. os instalan los cascos de planeo y semiplaneo con la finalidad de contribuir a la sustentación del barco fuera del agua. No aumentan la superficie de contacto con el agua, sino que la disminuyen, lo que permite mayores velocidades; también contribuyen a mantener la estabilidad direccional, incluso en los giros.
Los redanes longitudinales pueden recorrer la carena del barco hasta la popa o no. Si se prolongan hasta la popa o muy cerca de ella, suele ser porque el barco pretende altas prestaciones y una trazada muy precisa en los giros; si, por el contrario no llegan todos los redanes, es porque se pretenden giros más suaves. También existen los redanes transversales. Se aplican a los barcos de muy altas prestaciones, lanchas rápidas para el esquí o la competición. Los redanes transversales suponen una reducción aún mayor de la superficie mojada del casco y, en consecuencia, la posibilidad de alcanzar mayor velocidad. Muy pocos astilleros en todo el mundo los aplican a sus modelos.