Final para A Poc a Poc Morenito, de César Roch, única embarcación inscrita en la categoría solitario de la Trasmed.
- A las 04 horas 53 minutos de la madrugada de hoy hacia su entrada en línea de meta de la regata Mil Millas, la embarcación A Poc a Poc Morenito, de César Roch, única embarcación inscrita en la categoría solitario de esta Trasmed. Con la arribada de su LightWave 42 se da por finalizada esta edición de la emblemática regata de altura mediterránea.
La llegada del A Poc a Poc Morenito ha sido muy entrañable. Después de navegar durante más de ocho días por la cuenca noroccidental del Mediterráneo se ha ganada la admiración y el reconocimiento de todos los aficionados que han seguido esta prueba, así como la de los compañeros de regata. Su bien navegar y su excelente resistencia física ha quedado de nuevo constatada, y más después de su recorrido de la Mil Millas, donde ha tenido que superar todos los sinsabores y ha disfrutado de todas las alegrías que lleva consigo una regata de resistencia y de gran distancia como ésta.
Cesar Roch, a bordo con su A Poc a Poc Morenito ha estado sensacional. Ha superado calmas, vendavales del primer y cuarto cuadrante, ha corrido millas a una velocidad de vértigo, aprovechando el viento a favor, (horas antes de alcanzar la costa catalana y finalizar la regata, estuvo navegando con un viento de levante formado, con promedios de hasta 8 nudos). Y durante las primeras jornadas de la regata, hasta alcanzar la isla de Cerdeña, se mantenía líder de la prueba. Sus propios compañeros de regata, rivales y la vez amigos, felicitaron a este navegante de carácter, un asiduo en el circuito de tripulación reducida del mediterráneo, muchas veces navegando en la categoría A2. ‘En esta ocasión, -nos dijo Cesar, cuando formalizaba los requisitos de registro de regata horas antes de la salida.- me he propuesto un reto especial, voy a cubrir la Mil Millas en solitario’. Y lo ha hecho sensacional.
Hoy, cuando esta madrugada el Comité de Regata ha ido a tomarle el tiempo y dar el bocinazo de su llegada, ha comprobado el buen ánimo del regatista. Entró con una calma -desesperante- formada frente el Port Olímpic. El nulo viento no hacía mover ni a una pluma. Llegaba con aplomo, después de haber sorteado un mistral y dirigirse hacia el sur, para bajar de latitud y donde encontró un levante que le impulsó hacia la meta. Pero al llegar la media noche, el levante quedó neutralizado por el térmico terral, -típico viento nocturno de la zona- y poquito a poquito comenzó a ralentizarse su navegación. A pesar de ello no dejó de comer millas, y sin desesperar, aprovechando las leves rachas de apenas 3 nudos, antes de las cinco de la madrugada, ha entrado con toda solemnidad, poquito a poquito, a la rada frente el Port Olímpic, con el fondo iluminado de la ciudad, que parecía rendir homenaje al navegante. solitario de la Mil Millas.