Santa María de Monfero:: Recursos culturales
Índice del artículo
- Las Fragas do Eume. Parque Natural. Comarca do Eume. A CORUÑA
- Rutas y senderos en la Fraga do Eume. Sanguiñedo, Cerqueiros, Pena Fesa
- Rutas y senderos en la Fraga do Eume. Encomendeiros. Ventureira. Pasa da Vella
- Castillo de los Andrade:: Recursos culturales
- Santa María de Monfero:: Recursos culturales
- Mosteiro de Caaveiro:: Recursos culturales
- Como llegar. Normas básicas en la visita. Datos de interés.
Coordenadas: 43º20’28,51” 08º21’15,70”
El Monasterio de Santa María de Monfero fue uno de los más poderosos de toda Galicia.
Su origen es altomedieval, de tiempos del rey Bermudo II, sus orígenes se remontan al menos al siglo X. Fue destruido por los normandos y luego reconstruido en 1134 con monjes benedictinos traídos de Santa María de Valverde, luego Carracedo, a iniciativa de los caballeros Alonso Bermúdez y su sobrino el conde Pedro Osorio. aunque será en el siglo XII cuando volverá a reconstruirse y a acogerse a la regla cisterciense.
En 1147, durante el reinado de Alfonso VII, verdadero auspiciador y promotor de la Orden del Císter en España, se inicia la construcción de la iglesia románica, de la que quedan sólo algunos restos menores.
Recibe privilegio de Alfonso VII en 1135. En 1147 se convierte en monasterio cisterciense, aunque la incorporación oficial no parece producirse hasta 1201. Es en estos años donde adquiere la máxima prosperidad cayendo en la generalizada crisis bajomedieval que se cierne sobre Europa, en este caso por las disputas entre los monjes cistercienses y las pretensiones con diversas familias nobles de la época.
En 1506 pasa a depender de la Congregación de Castilla, iniciándose una nueva etapa de auge que propiciará la reconstrucción de las dependencias a partir del siglo XVII.
El siglo XIX será, como en la mayoría de los casos, el siglo de la decadencia, exclaustración y ruina del monasterio. En 1820 se cierran las instalaciones en cumplimiento de las primeras exclaustraciones y aunque en 1.823 se permite volver a algunas comunidades, Monfero ya esta inhabitable debido a la rapiña.
En 1835 se abandona definitivamente y en 1841 el Arzobispo de Santiago ordena el reparto entre las parroquias vecinas de los retablos de la iglesia. Para evitar el saqueo se intento en 1882 una ocupación de las instalaciones pero no llego a buen término y la ruina fue a más.
El conjunto conserva los muros exteriores, muralla perimetral, fuente interior y otra fuente exterior; el resto de las dependencias están derruidas.
La iglesia es un potente templo barroco construido entre 1622 y 1656, reemplazando al románico del siglo XII. Sus dimensiones considerables, tienen una longitud de más de 60 metros. Está compuesto por iglesia, sala capitular, capillas laterales, baptisterio, portería, tres claustros, refectorio y cocina.
En el interior, conserva la primitiva iglesia románica con planta de cruz latina, de una sola nave de grandes dimensiones sobre la que se abre una espectacular cúpula octogonal, con ventanas en el tambor de influencias italianas.
Cabecera con una gran capilla mayor, rectangular, con girola, enmarcada por dos capillas rectangulares de escasa profundidad.
Destaca la cúpula-cimborrio octogonal con ventanas en el tambor y la gran bóveda de cañón casetonada.
Original fachada principal decorada mediante perpiaños de granito y pizarra en tablero de ajedrez, enmarcados por cuatro pilastras y columnas de orden corintio, decoradas por triglifos y metopas, elevadas hasta la cornisa, sobre la que se alza la torre-campanario.
Tres claustros, el mejor conservado es el claustro procesional, de estilo renacentista con bóveda estrellada y fuente barroca en el centro del patio; se conserva parte del claustro de la portería y el claustro oriental o dormitorio, en mampostería. El conjunto conserva los muros exteriores, fuente interior y otra fuente exterior; el resto de las dependencias están derruidas.
En el interior de la iglesia (altar mayor y crucero) hay una serie de sepulcros monumentales góticos, pertenecientes a distintos miembros de la familia Andrade. Los de más calidad son los de Nuño Freire de Andrade y su hijo Pedro. En ellos, las estatuas yacentes de los personajes aparecen vestidas como caballeros medievales armados, acompañados de ángeles y con el jabalí, emblema del linaje. En los costados de estos sepulcros y bajo arquería corrida de arcos apuntados sobre columnas aparece repetido el escudo nobiliario de la familia.
Retablo pétreo de estilo barroco dedicado a la Virgen de Cela.