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Pablo Cabello y Javier Lago del RCN Vigo, campeones el Mundo de Vaurien

Pablo Cabello y Javier Lago del RCN Vigo, campeones el Mundo de Vaurien

• El Náutico se confirma como cuna de campeones una vez más al firmar su sexto Mundial (cinco femeninos) en esta década
• La tripulación viguesa se hizo con el triunfo en la general tras una durísima serie de regatas resuelta el último día
• Desde Vada 2006 un barco del Náutico no cosechaba el oro en la categoría absoluta
• Cabello había sido campeón mundial juvenil en Setúbal 1995, pero es el primer título sénior tanto para él como para Lago
• Los tricampeones del mundo Porto y Martín, también del Náutico, los animaron la noche anterior por whatsapp

Vigo, 29 de julio de 2017
.- Por fin. Llevaban años peleándolo y al final ha llegado el premio a su tesón, a su constancia, a su esfuerzo. Pablo Cabello y Javier Lago ya son campeones del mundo. “Han sido las regatas más duras de toda mi vida, pero contamos, dentro de los límites legales, con la ayuda de nuestros compañeros de equipo”, sostenía el patrón vigués.

Cabello (Vigo, 1976) y Lago (Vigo, 1986) se mostraban exultantes tras proclamarse hoy campeones del mundo absolutos de Vaurien en el lago Lubie, en la Pomerania polaca, a 200 kilómetros de Berlín. El día después de la toma de posesión de Rafael Tapias, nuevo presidente de la centenaria sociedad, la sección de Vela le ha ofrecido un título mundial.

Y todo ello en una semana tensa, de vientos cambiantes y tiempo enloquecido.
La tripulación del Real Club Náutico de Vigo conquistó un trofeo dominado en los últimos años por tripulaciones de Italia y Holanda; el cetro absoluto no caía a favor de un barco vigués desde 2006, cuando se lo adjudicaron Javier Porto y Beto Martín, también del Náutico.
Por el contrario, en esta década la centenaria sociedad local sí había conquistado el Mundial femenino gracias a las primas Laura y Lucía Llópiz, las hermanas Suárez (Alejandra y Patricia) o a Helena Pérez. Desde 2011, las Llópiz se impusieron en el lago Dümmer 2011, en Douarnenez 2012 y en Sanxenxo 2013 (también en Liptovska Mara 2010, pero en la década anterior), mientras Helena y Alejandra vencían en la cita de Marina di Grosseto 2014 y las hermanas Suárez en Viana do Castelo 2016.

Ahora, el Náutico vuelve a mandar en la general absoluta. Cabello y Lago llegaron a la Pomerania Occidental con la incógnita de un barco de fabricación casera: durante dos años diseñaron el Vaurien que patrocina Castilla y León es Vida y que ha sido construido en Cangas por Xaime García. Y el nuevo diseño ha funcionado. “Después de veinte años ganando los barcos de Faccenda, hemos conseguido batirlos con un prototipo”, explicaba Cabello feliz. Y eso que durante la semana no lo vio claro: “Lo vimos complicadísimo porque navegábamos en un lago muy difícil y con muy poco viento”, explicaba Cabello, campeón a los 41 años.

Polonia recibía el Mundial por vez primera con 63 tripulaciones de once países y tres continentes y Cabello y Lago volaron. En un lago con condiciones extremas, primero sol, luego nubes, después una tormenta eléctrica y casi siempre con de 4 a 6 nudos de viento, los vigueses fueron los únicos que en ninguna de las diez regatas bajaron de la quinta plaza. Regularidad abrumadora. “Estoy agotado física y psicológicamente”, reconocía el veterano regatista.

De los seis días programados de lunes a sábado, en los que se incluía el jueves como jornada de reserva para recuperar mangas, la flota se quedaba sin competir lunes y miércoles por las condiciones meteorológicas, disputándose en la jornada sabatina tres pruebas en lugar de las dos previstas en el anuncio de regata.

Y Cabello y Lago, ganadores de las regatas tercera y cuarta del martes, llegaban al día decisivo en segundo lugar, empatados a 13 puntos con los italianos Olmo Cerri, campeón del mundo en en 2010, y Elisa Gesess, pero con la ventaja de que el descarte les favorecía. Segundo y quinto lugar en las regatas ocho y nueve frente a un noveno y un tercero del rival, para entrar en la décima y última prueba con un punto más que los transalpinos, aunque manteniendo el descarte igualmente a favor. Y salió oro: quinta plaza para firmar una serie monumental (3-5-1-1-2-3-3-3-2-5) frente al séptimo lugar del tándem Cerri-Gesess. Suficiente. Y eso que Cabello reconoció que los italianos “nos intentaron sacar de la línea”, pero su pericia y también el apoyo de la flota viguesa, cuyo técnico es Federico Enguix, evitó la jugada.
Luego, la euforia, la carrera para tirarlos al agua desde el pantalán e incluso un “tercer tiempo” con la flota italiana, a la que Cabello invitó a una ronda para compartir su título. “El Vaurien es así, en el agua fueron regatas España-Italia a cara de perro, con las mayores guarrerías que se pueda uno imaginar, pero después nos vamos juntos a tomar unas cervezas”, manifestaba Pablo. Al tercer lugar del cajón se subían Marco Faccenda, siete veces campeón mundial, y Alessio Francia.

Los campeones del mundo habían probado el barco en la Copa de España con excelentes resultados (y título), “y eso nos dio confianza”, reconocieron, pero sabían que Polonia iba a ser otra cosa. “Ha ido rápido y nos ha llevado a un nivel superior”, sostuvo Cabello, que recordaba otra clave para la victoria: “La noche anterior, los campeones del mundo de 2004, Javier Porto y Beto Martín, crearon un grupo de apoyo en whatsapp para darnos ánimos. Fue el empujón definitivo”. Cabello recordaba que en 2004, en Punta del Este (Uruguay), había rozado el título con las manos, pero se lo llevaron sus compañeros de club. Esta vez, el sueño largamente esperado llegó. El campeón del mundo juvenil en Setúbal 1995 (con Nacho Campos), conquistó su primer mundial absoluto. Para Lago ha sido el primer título mundial. Porto y Martín, sus seguidores incondicionales desde la distancia a través del grupo de whatsapp, habían cosechado tres oros consecutivos (2004 a 2006), de ahí la carga emocional extra recibida por la tripulación olívica.

En un sábado increíble, con Paula González y Andrea González (“Plasticamurillo.com”), también del club vigués, como subcampeonas del mundo en categoría femenina, el Náutico recuperaba el cetro mundial que no levantaba desde Vada 2006. Galicia ya había ganado en 2012 en Douarnenez con el Náutico de Sanxenxo en 2012, pero en esta década es este el primer título para el Náutico vigués. Paula y Andrea terminaron en segunda plaza de la categoría femenina, en la que competían ocho unidades. Se impusieron las holandesas Femke Yntema y Keeti Neijman y el bronce también fue para otro barco tulipán: Femke Spek y Anne-Rixt Reitsma.
Rafael Tapias, presidente del club, se mostraba muy satisfecho: “Este título ratifica que nuestra escuela de vela es la mejor de España; todos los años obtenemos títulos mundiales o medallas”. Precisamente este verano se ha cumplido medio siglo de la creación de la escuela de vela (1967-2017) a la que ese año llegaban cuatro Vaurien.

Tan feliz como Cabello se encontraba Javier Lago, que ofrecía el triunfo “al Náutico, porque el club se lo merece. Estoy muy emocionado con esta victoria; tras muchos años intentándolo por fin lo hemos conseguido. Ha sido muy duro y complicado, con un lago lleno de roles y con dos vientos diferentes en dos metros cuadrados”.

Quien no pudo estar en Polonia, pero valoró el título como si fuera suyo, fue Alejandra Suárez, bicampeona mundial femenina: “Nadie se merece más que ellos este oro; Pablo y Javier son grandes personas y mejores regatistas. Sin duda, es un premio a años de trabajo y dedicación”.
Además, el Náutico rondó otro podio. Tone Pérez, subcampeón mundial en Viana 2016, y Laura Llópiz fueron cuartos, empatados a puntos con los terceros, en la categoría mixta, novedad este año. Lo tuvieron cerca frente a quince barcos rivales. Cerri y Gesess se llevaron el oro. Ahí sí.
Quien también disfrutó con el equipo del Náutico ha sido su entrenador, Federico Enguix. “El Mundial ha estado muy bien para unas condiciones extremas de muy poco viento, lluvias y un lago de condiciones muy difíciles”.
Ahora, a los campeones del mundo les espera la cita de Vilagarcía con el Campeonato de España en octubre. Y los próximos mundiales ya están confirmados: Travemunde (Alemania) en 2018 y Colico (lago de Como, Italia) en 2019. A España, por turno, le tocaría organizarlo en 2022.