Doblete del Chiqui IV en la tirada del Snipe Santanderino

Una vez más la botadura de los barcos coincidía con la bajamar, con lo que esta operación fue de lo más complicada, siendo los últimos 10 metros de la rampa una autentica pista de patinaje, en esta ocasión de verdín, pero no acababa aquí el drama de esta maniobra, sino que luego, con la embarcación en el agua había que sortear las rocas que se encuentran en los aledaños de la rampa; una vez sorteados estos obstáculos, los participantes comenzaron a lidiar con las condiciones atmosféricas, lo que fue memos complicado que lo anterior. Afortunadamente el viento soplaba de componente Este, lo que ayudó en la navegación sin timón dentro de puerto chico. Habría que ver a los responsables del Club, del CEAR y de la Autoridad Portuaria el sufrir estos inconvenientes un día sí y otro también. De seguro si tendrían que sufrirlos, la rampa estaría limpia y las rocas habrían desaparecido hace ya mucho tiempo.

Para la ocasión , con la marea baja y los arenales al descubierto, el comité lo tenía complicado para poder montar un recorrido para una pruebas en las que el vientos soplaría por encima de los 20 nudos y que tendría que ser un triangulo. Esto lo consiguieron a duras penas fondeando barlovento muy encima de los arenales, lo que obligó, al estar la marea subiendo, a navegar a la flota pegados a estos durante todo el tramo de ceñida, ocasionando la varada de todos los participantes a lo largo de la misma, mientras que la falta de visibilidad impedía ver el fondo.

Las salida de ambas pruebas fueron validas a la primera con toda la flota sobre la línea, siendo los tripulaciones que primero viraron hacia los arenales los que tomaron el mando de la regata, siendo la tripulación del Chiqui IV las que consiguió esa ventaja en ambas pruebas, por el segundo puesto, lucharon en la primera las tripulaciones del Güemes y del Chufito, siendo este el que montó barlovento en segundo lugar. En la segunda vuelta de la primera prueba el Güemes encalló y fue rebasado por el Julio Cabrero & Cía., montado cuarto el Larus que realizó un estupenda ceñida.

Esta prueba se caracterizo por las embarrancadas de los participantes en los arenales, las grandes diferencias de presión en el recorrido, y las roladas indiscriminadas de más de 15 grados a banda y banda.

En la primera regata la clasificación fue: 1º Chiqui IV, 2º Chufito, 3º Julio Cabrero & Cía., 4º Güemes, 5º Chiqui, 6º Larus.

Tras la llegada del último participante, los snipistas tuvieron que esperar casi media hora a que terminasen otras embarcaciones infantiles para poder comenzar la segunda prueba, lo que con el frío que hacía y estando a la capa, es una autentica barbaridad debida a que se dan regatas a tres categoría de muy distintas características desde el mismo Comité, estando comprobado que no es operativo el hacerlo con más de dos clases.

Para la segunda prueba el viento roló a la derecha y subió de intensidad, cogiendo a todos las tripulaciones entumecidas por el frio que sufrieron en la larga espera. Esta rolada obligó a modificar el recorrió, fondeando barlovento mas encima de los arenales, lo que a pesar de estar más atentas las tripulaciones al fondo, siguieron embarrancando.

Barlovento fue para el Chiqui IV, seguido del Chufito y del Chiqui que montaron parejos, más retrasados el Julio Cabrero y el Güemes que habían varado.

En el largo el Chufito se despegó del Chiqui al que el Julio Cabrero le adelantó en vértice.

La última ceñida fue un duelo, entre el Chiqui IV y el Chufito, hasta que este varó, con lo que el Chiqui IV se distanció, cortando la entrada en cabeza, segundo fue el Chufito, tercero el Julio Cabreo & Cía., el cuarto el Chiqui, el quinto el Güemes, retirándose el Larus que había roto el sistema del tangón.


J.F.M.J.O.