Vendée Globe. A mitad de recorrido. Jean-Pierre Dick el acróbata con un par...
Una avería en la parte superior del palo del Virbac-Paprec 3 obligo a Jean-Pierre Dick a subirse al mástil en pleno Índico y con el barco navegando a 10 nudos. Decididamente, la buena fortuna parece haber acompañado a los líderes de esta Vendée Globe 2012-2013.
Nadie está a salvo de averías o un incidente técnico que pueda condicionar la buena marcha del barco. Desde hace varios días, el Virbac-Paprec 3 no podía usar su espináquer pequeño ni su genáquer pequeño. La pieza que aguanta la vela en su parte superior no funcionaba. Pese a encontrarse en las latitudes australes, Jean-Pierre Dick, si señor... con dos cojones ha subido al palo la pasada noche (hora española). Una operación peligrosa de 2 horas que ha permitido al patrón de Niza colocar una pieza nueva y poner el velero en condiciones para una marcha óptima. Dos horas de escalada, reparación y bajar. Un trabajo muy difícil para hacer en solitario en pleno océano y con el barco en marchas. “Desde hace varios días esperaba una ventana meteorológica para subir al palo. Ese tipo de operación es peligroso, pero no tenía otra opción. Estás solo, hay viento y olas. Además, hace frío y estás en los Cincuenta Aullantes. Todo ello supone que te planteas interrogantes antes de subir. He esperado una pequeña encalmada. He puesto el Virbac-Paprec 3 de popa al viento para bajar su velocidad a 10 nudos. La subida y la bajada han sido peligrosas. Te bamboleas en todos los sentidos. No las tenía todas conmigo. He conseguido cambiar la pieza defectuosa. Estoy muy contento de haberlo hecho, porque en esa zona hay pocas oportunidades de hacer acrobacias por los aires. El Virbac-Paprec 3 recupera todo su potencial. Es bueno para la continuación de la regata”.Jean-Pierre, visiblemente agotado tras la reparación, puede consolarse viendo que ahora dispone de una máquina capaz de rivalizar con los dos líderes. Después de todo se encuentra a poco más de una jornada de ruta de la cabeza de regata.
Decididamente, la buena fortuna parece haber acompañado a los líderes de esta Vendée Globe 2012-2013. Mientras que, de Jean Le Cam (SynerCiel) a Javier Sanso, el pelotón debería sufrir un nuevo frenazo al atravesar una pequeña dorsal, Armel Le Cléac’h (Banque Populaire) y François Gabart (MACIF) podrán despegar de nuevo, impulsados por fuertes vientos generados por una pequeña depresión que se ha formado en el mar de Tasmania. Otro centro de bajas presiones ya está acompañando a Tanguy de Lamotte (Initiatives-cœur), Bertrand de Broc (Votre Nom autour du Monde avec EDM Projets) así como a Arnaud Boissières (Akena Vérandas). Este debería alcanzar al resto del pelotón y provocar una relativa igualdad de posiciones. Dominique Wavre (Mirabaud) así como Mike Golding (Gamesa) deberían pues, a la vez, felicitarse de volver a estar en liza con Jean Le Cam y lamentarse al ver a sus perseguidores reducir la distancia.
Entre los dos líderes, la lucha no baja su intensidad: trayectorias trazadas con tiralíneas, optimización del régimen de velas, los dos adversarios se baten golpe a golpe. Incluso su comunicación está bajo control, ocultando sus debilidades a la competencia.
Todos los participantes, en mayor o menor medida, acaban reconociéndolo. La aceleración brusca es una de las características de la navegación en los mares del sur. Hoy en día los barcos están tripulados casi al 100% de su potencial y cada parada es también un contratiempo extra infligido al material. Hasta 2008-2009, se abordaba aún los mares del sur con la voluntad expresa de no ir al máximo, partiendo del principio que el material tiene memoria. Desde la victoria de Michel Desjoyeaux, los hombres de cabeza ahora consideran que un barco debe poder ir al máximo de su potencia. Es una cuestión de confianza en el diseño de la máquina, en la calidad de las construcciones. Si los dos barcos líderes, construidos en CDK en Port-la-Forêt, en uno de los astilleros más reputados, superan el examen de los mares del sur habrán demostrado que se ha dado un gran paso en este sentido.
Han dicho...
Navego con viento del noroeste y las condiciones están empeorando un poco. Navego rápido hacia Nueva Zelanda, con un viento de 35 nudos, más fuerte en las rachas, y esto debería durar 36 horas más y llevarnos hasta la puerta de Nueva Zelanda. Me he pegado contra olas unas cuantas veces, pero eso es lógico cuando ves lo grandes que pueden ser las olas en el océano Austral. Cuando sucede, te tienes que agarrar fuerte. A veces tienes que saber anticiparte.
Estamos a mitad de recorrido y me alegro. Estoy navegando bastante bien y de forma eficiente desde la salida, ha habido batallas duras con algunos de mis compañeros y recuerdo una luna y unas estrellas bonitas en la zona de Santa Helena. Satisface estar delante de los récords anteriores.
Desde el punto de vista físico, estoy bien. No siempre puedes dormir bien, he dormido poco en las últimas 36 horas porque he tenido muchos cambios de vela, por lo que estoy un poco cansado. Pero básicamente estoy bien, también desde el punto de vista mental. Me he caído y pegado contra paredes o mamparos un par de veces y tengo algunos morados, pero nada serio.
Armel Le Cléac’h (FRA, Banque Populaire)
La cosa no va mal. Hay ruido y estamos entre 15 y 25 nudos. Estoy contento ya que Armel habría podido salvarse un poco después de la puerta pero finalmente he conseguido recuperar viento. Intentaré concentrarme en la marcha del barco y de no romper nada porque el viento es fuerte.
[Sobre el cansancio] Debemos escuchar a uno mismo. Sea cual sea la situación, no podemos dejar de ser nosotros mismos. A veces cunde el nerviosismo por poca cosa. En estos casos es mejor hacer una buena siesta. En ciertos momentos debemos esperar dos segundos y respirar hondo.
Es un gusto haber ya hecho la mitad del trayecto y estar en el camino de vuelta. Intentaré hacerlo igual de bien o mejor en la segunda mitad. Estoy súper contento de estar en el agua y vivir lo que estoy viviendo. No es fácil pero intento aprovecharlo ya que son momentos excepcionales.
François Gabart (FRA, MACIF)
lego con el viento, de unos 25-30 nudos, por lo que puedo navegar de forma segura. Este viento me durará 5 o 6 horas más, pero después seguramente será más difícil. Tendré menos viento y quizá tendré que ir hacia el Norte. Los dos o cuatro próximos días serán difíciles. El ordenador se está volviendo loco, porque hay muchas posibilidades diferentes. No hay viento por el Sur, y quizá tenga que ir hacia el Norte, ceca de Tasmania. Pero en Australia está surgiendo otro anticiclón, por lo que quizá tampoco haya viento. Para Navidad tendré turrón, y jamón de jabugo, y regalos de la familia.
Javier Sansó