Estrella Damm ha dejado atrás las calmas del anticiclón de Santa Helena en el Atlántico Sur
Estrella Damm de los patrones Alex Pella y Pepe Ribes ha dejado atrás las calmas del anticiclón de Santa Helena en el Atlántico Sur
Ha recuperado el cuarto puesto frente al Groupe Bel de Kito de Pavant y Sebastien Audigane, con quien están protagonizando un emocionante duelo en las últimas jornadas. Así, el barco español ha podido iniciar de nuevo el ataque a la cabeza, formado por el trío que optó por una estrategia más al suroeste en las cercanías de Sudamérica, Virbac Paprec 3, Foncia y Mapfre.
“Por fin salimos del anticiclón de Santa Helena”, afirmaba animado Pepe Ribes en su e-mail matutino. Las calmas han sido muy pesadas para los patrones del barco catalán, que sin embargo han sabido conservar el liderato del pelotón que defendían. “No creo que vayamos a olvidarlo en unos años o incluso más”, proseguía el patrón de Benissa.
La velocidad durante la noche, con medias superiores a los dieciséis nudos, empieza a dar sus frutos y el Estrella Damm se ha lanzado hacia la primera puerta de seguridad, punto de paso obligatorio antes del Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica). “Navegamos de popa con medias bastante altas. Por fin me he puesto las botas de agua de nuevo”, explicaba Ribes.
“Este ha sido un día de contrastes desde la calma de la mañana hasta los 30 nudos de esta noche”, afirmaba el patrón del Estrella Damm. “Por fin vamos rápido a algún sitio”, manifestaba con evidente alegría.
Ribes preveía que las condiciones inestables en próximas millas entre las puertas de seguridad Atlántica y de Puerta Agulhas (al sur del continente africano) pueden ser favorables para que el Estrella Damm pueda intentar un ataque. “La navegación la preveo complicada entre las puertas y con muchas zonas de poco viento. A ver si hay posibilidad de recuperar terreno a los líderes”, explicaba.
Un caballo desbocado
Con el viento de nuevo como protagonista, el trabajo a bordo del Estrella Damm se multiplica para exprimir al máximo cada nudo: “Esta noche hemos cambiado de vela varias veces y a partir de ahora así va a ser”, aseguraba Ribes. “No podemos dejar escapar un nudo de viento ni un ángulo rápido”.
“La Perla Roja”, como cariñosamente apoda Pepe Ribes al Estrella Damm, “que era dócil en las calmas, se ha vuelto un caballo desbocado al que tienes que tirarle de las riendas para frenarlo un poco”, aseguraba entusiasmado. Con la entrada del fuerte poniente y el descenso al sur, el calor de las últimas jornadas se disipa rápidamente: “La temperatura del agua ha bajado a 20 grados. Está fresquita, y dentro del barco también hay 20 grados”, concluía la bitácora de Ribes.