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El Estrella Damm, a por todas a la espera del tren a Gibraltar

El Estrella Damm, a por todas a la espera del tren a Gibraltar

· El barco español, en cuarta posición, espera aprovechar al máximo el frente que los acerque al Estrecho de Gibraltar a la mayor velocidad para seguir acechando al podio
· Pepe Ribes, tras noventa días de regata: “De aquí a Barcelona vamos a ir a tope. El punch final lo daremos en el Mediterráneo. Estamos enteros y vamos a darlo todo”

Pasados tres meses desde la salida de la Barcelona World Race, la recta final que la cabeza de la flota afronta está brindando momentos de gran emoción deportiva a pesar del desgaste de tripulaciones y barcos. El Estrella Damm de Alex Pella y Pepe Ribes vive horas cruciales en su lucha por defender el cuarto puesto frente al Neutrogena y conservar opciones de atacar el tercer cajón del podio que ocupa el Renault Z.E. en las menos de 2.000 millas que quedan hasta la llegada a Barcelona.

 

Habiendo logrado ganar norte hasta la latitud de Canarias, el barco español se encuentra ahora inmerso en una zona de transición a la espera de alcanzar el frente de vientos portantes que los lleve rápido hasta las puertas del Estrecho de Gibraltar sin perder muchas millas frente al Renault Z.E., que probablemente subirá antes a este tren.

 

“Nos deben quedar entre seis y nueve horas de calma”, explicaba Pepe Ribes este mediodía. “Tenemos que ir rápido para aprovechar el frente lo más posible, cuanto más lentos vayamos, menos lo disfrutaremos”, proseguía. “El Renault Z.E. está más adelantado y tendrá viento mucho antes. Nosotros estamos luchando por coger la parte de abajo del frente. Después viene calma, así que si perdemos este tren nos podemos quedar bastante parados”.

 

Tras un largo e incómodo tramo con vientos de proa, con continuos saltos y agua en cubierta, los patrones del Estrella Damm están deseando navegar con viento a favor para alcanza cuanto antes el Mediterráneo: “Esta ceñida se ha hecho muy larga”, reconocía Ribes. “Tenemos ganas de hacer rumbos más abiertos y rápidos. Nos deben quedar unas 1.400 millas para el Estrecho. Si el viento es muy bueno podrían ser cuatro días, pero pinta más que serán seis. Eso ya sería una buena noticia. Si no, perderemos dos o tres días más, así que es crucial ser rápidos con este frente, porque en el estrecho el tiempo se complica”.

 

De momento, las horas de calma por las que atraviesan son un momento propicio para realizar reparaciones a bordo de cara al sprint final: “Hoy es día de reparaciones aprovechando la calma. Tenemos que revisar el cabo de la mayor y arreglar el tanque de lastre de proa, que está tocado y si no lo arreglamos en la ceñida del Mediterráneo nos restará velocidad. Así que es un día de mucho trabajo, muy entretenido”, explicaba Ribes.

 

90 días compitiendo al máximo

 

La cifra de tres meses de regata llevaba a Pepe Ribes a reflexionar sobre la situación física, anímica y deportiva del equipo: “La verdad es que después de 90 días de regata nos encontramos bien, aunque evidentemente con muchas ganas de volver a casa y por eso vamos al máximo. Pero por lo demás, por ejemplo en cuanto a comida, tenemos de todo y es fantástico. Es cierto que durante la regata ha habido muchas cosas que no nos han venido de cara, pero aquí estamos para regatear y para ir rápido y siempre hemos estado súper concentrados. De aquí a Barcelona vamos a ir a tope. El punch final lo daremos en el Mediterráneo. Estamos enteros y vamos a darlo todo”.

 

“La verdad es que cuando nos vimos obligados a parar en Wellington no pensábamos que llegaríamos aquí en esta posición y todavía luchando”, reflexionaba Ribes. Sin embargo, su insaciable espíritu de competición no se conforma con esto: “Pero incluso podríamos estar mejor si no hubiese sido por pequeños detalles en el Atlántico, como la rotura del hook del stay de la trinqueta, que nos hicieron perder tiempo y millas que ahora nos servirían para apretar más al Renault Z.E., pero es parte de la regata”.

 

Sólo un día con dolor de cabeza

 

“Ayer fue un mal día para mí y Alex ha estado llevando el barco solo casi todo el tiempo”, comentaba Ribes. “Era un simple dolor de cabeza y de estómago, pero hoy ya estoy mejor. Ni siquiera llamé a los servicios médicos. No es que estuviera en la litera todo el día pero estaba bastante tocado y no podía hacer los cambios de velas. El trabajo duro lo ha hecho Alex. No me había encontrado así en todo este tiempo, y la verdad es que sólo un día malo de noventa, no está mal”, bromeaba Ribes quitándole importancia.