Día 42: Rivalidad y fraternidad
22 patrones siguen con su particular guerra con la meteorología hoy sábado, día 42 de la vuelta al mundo al solitario, la Vendée Globe. En muchos casos, la proximidad de los rivales es una motivación extra y, al mismo tiempo, una fuente única de una intensa fraternidad y camaradería. El español Didac Costa se prepara para afrontar las peores condiciones en lo que va de regata.
Es el aspecto humano el que hace esta regata tan singular. Una cifra de abandonos relativamente baja hasta el momento si la comparamos con el habitual índice del 50% (22 de los 29 patrones que salieron de Les Sables siguen compitiendo) hace que la fraternidad y las apretadas peleas entre los diferentes grupos o pares de la flota predomine más que en ediciones anteriores.
Dos tormentas están afectando a diferentes grupos. El tercer y cuarto clasificados, Jérémie Beyou y Paul Meilhat, estaban hoy separados por solo seis millas. Han entrenado juntos en Port La Foret, en el centro Pole Finistère Course Au Large, y también son buenos amigos que navegan el uno al lado del otro desde hace ya 22 días. Hablan regularmente por el VHF y han podido compartir sus experiencias y apoyarse mutuamente, ya que lidian con la misma gran tormenta (con 55 nudos -más de 100 km/h- de viento) que ha supuesto una sorpresa nada bien recibida. Según ambos patrones, los partes meteorológicos no preveían tanto viento ni olas, y es probable que su particular lucha contra los elementos continue al menos durante 36 horas más, ya que la baja se está moviendo a la misma velocidad que ellos.
El patrón del SMA, Meilhat, contaba hoy sábado en el directo Vendée LIVE que él y Beyou hablaron después de lo peor de la tormenta. “No parece que hayamos sufrido ningún daño ni avería, pero fue muy complicado. No podemos rodear la baja, que se está moviendo con nosotros. Trasluchar con 50 nudos de viento no es algo que queramos hacer. Vamos a tener que ser pacientes, seguir el centro y esperar que el tiempo cambie. La baja presión necesita acelerar…”
Unas 4.000 millas por detrás, con todavía unas 700 para alcanzar el cabo Leeuwin (en Australia), cuatro navegantes solitarios han compartido experiencias similares en una depresión del Océano Sur que también los ha abofeteado con rachas de 50 nudos, y más. Tanto Enda O'Coineen (Kilcullen Voyager-Team Ireland) como Alan Roura (La Fabrique) han dicho que las olas les han golpeado de lo lindo.
O'Coineen se cuestionaba incluso su propia cordura. Sus ordenadores están fuera de servicio y ha vuelto a la navegación a la vieja usanza. “Mi principal problema ahora son los ordenadores y la navegación. He vuelto a usar las cartas náuticas de papel y tengo un GPS. Estoy intentando que funcione mi sistema de Back Up. Hace mucho, mucho, mucho frío y todo está mojado. Tengo que confesar una cosa: he saqueado mis chocolatinas de Navidad. Pero esto es una locura. Un hombre solo, 500 millas al sur de Australia, golpeado por vientos de 50 nudos. Me iría bien a gusto a mi casa a cenar el pavo de Nochebuena”.
Al frente de la flota, el patrón del Hugo Boss Alex Thomson ha estabilizado en gran medida sus pérdidas con respecto al líder Armel Le Cléac'h, que está ahora 393 millas por delante del británico y a unas 2.000 de Cabo de Hornos. Desde la salida de la vuelta al mundo en solitario el pasado 6 de noviembre, Thomson ha sido el que más millas ha recorrido en 24 horas (contadas de mediodía a mediodía) en 13 ocasiones. Paul Meilhat en seis, Le Cléac'h en cuatro, mientras que Thomas Ruyant, Jéremie Béyou y Louis Burton lo han sido en tres ocasiones.
El español Didac Costa se prepara para las peores condiciones
Dídac Costa navega mientras tanto al través de las Islas Kerguelen (archipiélago ubicado en el Índico meridional, a unos 2.000 km al norte de las costas de la Antártida). Con vientos de entre 25 y 35 nudos, el cuarto español en la historia que participa en Vendée Globe escribía hoy en un correo electrónico: “Trato de mantenerme en el frente que nos alcanzó hace más o menos 30 horas y aprovechar el ángulo de viento óptimo para ir rápido y a rumbo. El viento varía mucho en intensidad y me obliga a cambiar continuamente de vela para mantener una media alta y, al mismo tiempo, no forzar el barco en exceso. Esto, junto al ruido ensordecedor de la jarcia, las planeadas y el impacto de las olas hace que descansar no sea fácil y que la fatiga, inevitablemente, se acumule”.
Según ha explicado el patrón barcelonés de 35 años, el frente le adelantará pronto y después de una corta transición acabará entrando un viento fuerte de dirección Oeste-Noroeste. “Los modelos anuncian vientos de más de 40 nudos y olas de tamaño considerable. Serán las condiciones más duras desde mi salida de Les Sables. El barco está listo y voy a tratar de comer y descansar para estarlo yo también cuando llegue el momento”.
Didac Costa navega en la vigésima posición.
MÁS DECLARACIONES
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Jean Le Cam (Finistère Mer Vent):
“Estoy en una fase de transición. Alguien que viene detrás de mí va a llorar y ése es Thomas Ruyant. En esta baja presión, el viento puede alcanzar los 60-70 nudos, con olas de 10 metros. Es mejor no ir por aquí. Pero una vez estás en ella, estás en ella”.
Conrad Colman (Foresight Natural Energy):
“La primera gran depresión -una que mereció la mención especial de la Dirección de Regata, que nos dijo que nos agarrásemos- ha pasado y ahora estoy navegando en su estela de rachas contundentes y cielo claro. Después de cruzar unas trasluchadas con Arnaud [Boissières], decidí correr al este siguiendo el camino de la depresión con la esperanza de poder aprovecharlo. Las olas se hicieron más grandes, con el barco cayendo y subiendo muy rápido, tanto que mi estómago se revolvió como si estuviese en la montaña rusa. Las velocidad del barco comenzó a subir: 26 nudos, 27, 28, 29… en medio de un follón de ruidos y vibración”.
Nandor Fa (HUN) Spirit of Hungary:
“Estoy navegando rápido y disfrutando. Estoy compitiendo. Empujo el barco. No estoy tan preocupado por el puesto en que el vaya a terminar. Quiero hacer unos buenos números en cuanto a rendimiento. No quiero ceder ningún puesto gratuitamente y sentir luego que no luché lo suficiente. Si alguien es mejor que yo y me pasa, está bien. Pero si alguien lo hace sólo por tener mejor suerte, no estaría contento”.