Alex Thomson, Hugo Boss, tercero de la Vendée Globe 2012-2013
Alex Thomson ha cruzado la línea de llegada de la Vendée Globe en Les Sables d’Olonne a las 8 horas, 25 minutos, 43 segundos, hora española. Acaba su vuelta al mundo en solitario, sin escalas y sin asistencia a 2 días, 17 horas y 7 minutos de François Gabart.
Su tiempo de regata es de 80 días, 19 horas, 23 minutos y 43 segundos. Su velocidad media sobre el recorrido ha sido de 12,6 nudos. Ha recorrido 28.022 millas sobre el agua, a una velocidad media de 14,4 nudos. La distancia teórica del recorrido es de 24.393,41 millas.
Alex Thomson, a la cuarta va la vencida
Alex Thomson no ha dejado de repetirlo: su primer objetivo era acabar esta Vendée Globe. Al acabar su vuelta al mundo en tercera posición, el patrón del Hugo Boss rompe la maldición que lo había acompañado en las anteriores ediciones. Su puesto en el podio demuestra también que el navegante británico no ha perdido un ápice de su combatividad, aunque seguramente ahora ha aprendido a dominar su impetuosidad.
Completar la vuelta al mundo en solitario era la gran asignatura pendiente de Alex Thomson. Lo había probado en tres ocasiones, y en las tres se había tenido que retirar, víctima de averías. Su Vendée Globe 2004-2005 acabó en Ciudad del Cabo; dos años después, en la Velux 5 Oceans (vuelta al mundo en solitario con escalas), rompió el palo en el océano Índico y fue rescatado por Mike Golding; y en la pasada edición de la Vendée Globe no pasó del golfo de Vizcaya.
Nadie ponía en duda que era un navegante muy rápido. Lo demuestran su victoria en la Clipper Round the World Race (1999) y su segundo puesto en la primera edición de la Barcelona World Race (2008). Pese a esos grandes resultados en dos vueltas al mundo, sus averías dejaban un interrogante en el aire: ¿no será demasiado impetuoso?
En modo regata
Pese al ritmo impuesto por los líderes desde el primero momento, Alex Thomson demuestra que está dispuesto a luchar. Situado siempre en los puestos de cabeza, encabeza los barcos de antigua generación.
Prueba de que el patrón del Hugo Boss está plenamente concentrado en la regata es su protesta contra varios participantes por no haber respetado las instrucciones de regata respecto del dispositivo de tráfico en el cabo de Finisterre. La protesta no es muy bien aceptada por algunos, pero es absolutamente legítima, como prueba el hecho de que el comité de regata le da la razón. Pese a ello, Thomson se granjea una imagen de oveja negra, actualmente ya plenamente superada.
Reparaciones exprés
El patrón del Hugo Boss hace una regata ejemplar. Con su diseño Farr construido en 2007, se pega a los hombres de cabeza pese a algunas averías. Inmediatamente después de las calmas ecuatoriales, uno de sus hidrogeneradores arranca el anclaje y rompe la barra de conexión de los dos timones. Es un momento crucial para el navegante británico, que se arriesga a quedar descolgado de la cabeza de la flota. Con piloto automático, a más de 18 nudos de media, Thomson instala un taller de reparación composite a bordo. Arregla la avería y consigue llegar al Índico a apenas 150 millas de los líderes, menos de medio día de navegación.
La prueba de fuego
El océano Índico se presenta como una prueba de fuego para un navegante con fama de fogoso que rompe sus monturas por no saber levantar el pie del acelerador a tiempo. Pero Thomson demuestra que ha aprendido a moderar su agresividad. Nunca lejos de los primeros –el cuarteto formado por François Gabart, Armel Le Cléac’h, Jean-Pierre Dick y Bernard Stamm, todos ellos con barcos de última generación- hace una regata inteligente, siempre al acecho.
Silencio radio
Sus problemas, sin embargo, no han terminado. Otra vez se queda sin hidrogeneradores, cuyos anclajes vuelven a fallar. El patrón británico sabe que tiene que repararlo para acabar su vuelta al mundo, porque de lo contrario sse quedará sin baterías: no tiene suficiente gasoil a bordo para recargar la energía que consumen los instrumentos del barco. Thomson se impone un ahorro drástico de su propio consumo –empezando con su comunicación con el exterior-, mientras intenta reparar de nuevo el soporte de los hidrogeneradores. Sabe, sin embargo, que esta vez tiene que hacer una nueva instalación, más sólida que la original.
Mientras tanto, el británico supera el Índico y llega más lejos que nunca en sus vueltas al mundo en solitario. Thomson consigue doblar el cabo de Hornos, por tercera vez en su carrera, y por primera vez en solitario. Y poco después logra terminar la reparación de sus hidrogeneradores. Situado en cuarta posición, con gran ventaja sobre el quinto, se plantea dar alcance a Jean-Pierre Dick, que tiene a unas 150 millas por la proa.
Solitario solidario
La pérdida de la quilla de Jean-Pierre Dick, el pasado lunes 21 de enero, le abre de par en par las puertas del podio. Pero al acercarse el mal tiempo, el patrón del Hugo Boss decide cambiar de rumbo y en lugar de dirigirse a Les Sables d’Olonne, va en busca del Virbac-Paprec 3 para estar cerca de él si el navegante nicense se encuentra en apuros. Sabe que su decisión le impedirá acabar la vuelta al mundo en menos de 80 días. Pero para un navegante la solidaridad pasa siempre por delante. Su gesto, además, le ha permitido algo más importante que subirse al podio; dar ejemplo y entrar en el corazón del público.