Los monjes del piragüismo
Este fin de semana el piragüismo español quiso desbancar al resto de los deportes y hacerse un hueco en la actualidad diaria. Los deportistas españoles que participaban en el Campeonato de Europa consiguieron siete medallas: tres de oro, dos de plata y dos de bronce, todas ellas en kayac.
Pero no hay que pensar que la consecución de estas medallas es una casualidad, porque los piragüistas españoles venían obteniendo estos buenos resultados desde el mundial del año pasado. Además estos resultados son el fruto de muchas horas de entrenamiento y de sacrificio en el que los piragüistas tienen que renunciar a muchas cosas.
Vida de un piragüista.
Apenas la tienen, se dedican casi exclusivamente a la práctica de este deporte. Trabajan en régimen de concentración permanente; es decir, todo el año reunidos en la ciudad de entrenamiento. En invierno se trasladan a Sevilla y en verano a Asturias para combatir las fuertes temperaturas de la capital andaluza.
Esta concentración se suele dividir en dos fases: tres semanas de duro trabajo todos concentrados en una ciudad y una de “descanso” para que cada uno se vaya a su casa (este último mes han sido dos de entrenamiento y dos de competición). Pero los siete días que uno puede utilizar para lo que quiera no son tan bonitos como parecen, porque tienen que seguir entrenando en sus respectivos clubs, aunque el nivel de exigencia es menor. Los horarios de los entrenamientos en las tres semanas de concentración son bastante duros. Comienzan a las diez de la mañana y acaban a la una, se dedica una media hora para comer y a las cinco se reanuda la actividad hasta las ocho.
Con este ritmo de vida es complicado mantener una vida normal y, sobre todo, seguir estudiando. Beatriz Manchón relataba que ella intenta continuar con su carrera de Podología, pero le resulta complicado aunque procura sacar una asignatura o dos al año, según se pueda cada temporada. “Es complicado estudiar después de pegarte la paliza porque no te concentras en los apuntes y encima no son tuyos y cuesta. Además te piden que respetes tus horas de descanso para que al día siguiente estés recuperada. Pero con un poco de fuerza de voluntad las cosas se van haciendo y quiero acabarla”.
Los juniors lo tienen un poco más sencillo porque suelen ir a estudiar a la Blume, en Madrid, y los entrenamientos se adaptan a los estudios para acabarlos. En senior es lo contrario, los estudios se adaptan a los entrenamientos.
Los piragüistas viajaron ayer a Asturias para preparar el mundial de Sevilla que empieza el 29 de agosto.