ICS y ECSA piden una intervención inmediata y eficaz después de otro ataque pirata en el Golfo de Guinea
Un total de 13 tripulantes, 9 del granelero Bonita y 4 del petrolero Elka Aristotle, han sido secuestrados en la zona en poco más de una semana
Un nuevo ataque pirata a un buque mercante ha tenido lugar en aguas del golfo de Guinea en la madrugada del pasado lunes 11 de noviembre. El petrolero griego Elka Aristotle sufrió el secuestro de cuatro de sus tripulantes, un marinero griego, dos filipinos y un georgiano, después de que los piratas abordaran el buque a unas 11 millas al sur del puerto de Lome, en Togo. Durante el ataque un guardia de seguridad también recibió un disparo.
Se trata del segundo incidente muy grave en la zona en poco más de una semana, después de que, el pasado 2 de noviembre, el granelero noruego Bonita fuese abordado por piratas, también de madrugada, mientras estaba fondeado frente al puerto de Cotonou, en Benin. En esta ocasión 9 miembros de la tripulación, incluido el capitán, fueron secuestrados.
La organizaciones que representan a los armadores en el ámbito mundial (ICS) y de la Unión Europea (ECSA), han emitido sendos comunicados conjuntos en los que condenan enérgicamente ambos ataques y piden que “se tomen las medidas apropiadas para proteger a los marinos y el comercio marítimo. Es absolutamente necesaria una acción concertada de todas las partes involucradas para dar una respuesta sustancial y eficaz a estos ataques armados”.
Guy Platten, secretario general de ICS, manifestó que “es completamente inaceptable que estos ataques continúen” e hizo un llamamiento a que las partes relevantes redoblen sus esfuerzos “para acabar con estos actos criminales”. Martin Dorsman, secretario general de ECSA declaró que esta asociación se compromete a trabajar con la Unión Europea “para la supresión de este alarmante fenómeno de ataques armados contra buques”.
El sector naviero está extremadamente preocupado por el aumento de los ataques armados contra buques mercantes en el Golfo de Guinea. Tales ataques son, ante todo, una tragedia humana para los marinos y sus familiares. Pero son, además, una amenaza para el desarrollo del comercio marítimo en la región y tienen graves repercusiones en el transporte marítimo internacional.