LOS DEPORTISTAS PLANTAN CARA AL PRESIDENTE - ARTICULO PUBLICADO POR JAUME SOLER EN SU BLOG EL DÍA 21 04 2015.

Articulo publicado por juame Sloer el 21 04 2015.

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21 DE ABR. DE 2015

Los deportistas plantan cara al presidente

La situación que vive la vela española es límite. Económicamente la Real Federación Española de Vela está hecha un desastre y los problemas de liquidez son cada vez más evidentes, hasta el punto que los integrantes del equipo pre-olímpico le cantaron las cuarenta al presidente José Ángel Rodríguez Santos, hartos de que se les ningunee, mientras él tiene un sueldo que supera los 86.000 euros más numerosos gastos, ellos están pesando auténticas penurias. La gota que colmó el vaso ocurrió durante el Trofeo Princesa Sofía, celebrado en Mallorca durante la Semana Santa. En la reunión, celebrada en el Hotel Iberostar Royal Cupido de S’Arenal, estuvieron presentes Rodríguez Santos, el secretario general Manolo Torres, el director de preparación olímpicaToni Ripoll y 17 integrantes del equipo pre-olímpico, entre regatistas, técnicos y personal multidisciplinar: Roy Alonso, Jorge Angulo, Alfred Buqueras, Carlos Llamas, Santi López-Vázquez, Mari Carmen Vaz, Diego Quintana, Curro Manchón, Pepe Lis, Alex Gudayer, Nicolás Budeau, Lluis Miquel Horta, Luca Devoti, Federico Alonso, Carlos Paz, Pablo Guitián y Juan Manuel Moreno. Allí mantuvieron una tensa reunión con el máximo dirigente de la vela española, donde le dijeron a la cara todo lo que pensaban y sobre todo las penurias que están pasando, indignas de un equipo que había sido hegemónico y espejo de todo el mundo de la vela. Ya el inicio del encuentro fue esperpéntico después que Rodríguez Santos empezara su alocución diciendo desconocer las inquietudes de los deportistas, lo cual ya encendió los ánimos a más de uno, incluso un entrenador amenazó al presidente que si empezaba con estas evasivas, él se levantaba y se iba. Por primera vez un equipo pone contra las cuerdas de forma tan evidente a un presidente, incluso en un momento de la conversación le preguntaron a Rodríguez: “¿Para qué te tenemos a ti?”, a lo que el presidente les desafió con un “¿Pero queréis que dimita?”, a lo que varios le contestaron que “a lo mejor es lo que tendrías que hacer”, a los diez segundos rectificó con un “yo no he dicho eso”, y cambió de tema cuando le recriminaron que porqué él se mantenía su salario cuando no había dinero para los deportistas. También le preguntaron si había cobrado la nómina y cuanto había cobrado de dietas para ir al Sofía, a lo que contestó que él no había cobrado la nómina y que la organización de la regata le había pagado los gastos en su viaje a Mallorca. Lo que es inconcebible es que regatistas y entrenadores tengan que pagar de sus bolsillos buena parte de los gastos para competir representando a España y cuando el Consejo Superior de Deportes subvenciona en más de 2.000.000 de euros destinados a la preparación olímpica, pero por lo que parece, gran parte de este dinero se queda por el camino y no llega a su fin. Sin ir más lejos el director olímpico, Toni Ripoll, no pudo asistir a la Miami World Cup ya que no había dinero para ello, y todo esto a apenas un año para la celebración de los Juegos Olímpicos de Río. Ante las distintas preguntas, sobre todo en el tema económico, Rodríguez Santos demostró un total desconocimiento y confusión en cuanto a los números y presupuestos, con afirmaciones más que dudosas sobre su veracidad como que parte del dinero que aportan las instituciones cántabras (Ayuntamiento de Santander, Autoridad Portuaria y Gobierno de Cantabria) a la RFEV, se destinarían a la preparación olímpica. Durante este tiempo algunos pusieron en duda la figura del presidente profesional, ya que si el dinero del CSD ya tiene asignación directa y los recursos propios están para, entre otras cosas, pagar el sueldo presidencial, su acción como intermediario entre el CSD y los deportistas, y sobre todo su sueldo es totalmente absurto y carece de sentido. Parece que la bola cada vez se va haciendo más grande y los deportistas y técnicos están llegando a su propio límite.