Una nueva oportunidad perdida para Santander. La Autoridad Portuaria hace inviable el proyecto para la Extremadura
Con la actitud de este Organismo sobre el proyecto de la Fragata Extremadura, nuestra ciudad pierde una ocasión única, la de convertirse en referencia en todo el país por ser la única en tener un museo vivo de un buque de superficie, y de dotar a la Universidad de un aula magna para la formación de nuestros Universitarios.Tras once años, si, digo bien, once largos años de gestiones, donde los políticos de nuestra región y de nuestra ciudad han estado deshojando la margarita, por no decir riéndose del personal, la Extremadura se irá al desguace.
Triste país aquel que desaprovecha la oportunidad de mantener aquellos Buques que contribuyeron a hacerle grande.En ninguna ciudad de los países de nuestro entorno una oportunidad como la que se le había presentado a Santander de tener un buque de gran porte visitable en el centro de su ciudad jamás la hubiesen desaprovechado, y si además esa ciudad tuviese un elemento tan singular como es el Dique de Gamazo para ubicarle en él, mucho menos. Lo que ha sucedido en Santander y protagonizado además por la Autoridad Portuaria, es sencilla y llanamente incomprensible para cualquier ciudad que se precie. Lo que ha ocurrido en Santander, - una ciudad que nació y prospero gracias a la mar, y a la que ahora le de la espalda- -, tras estos largos once años de esfuerzos y trabajo, para llegar a un buen final del proyecto de la Fragata Extremadura, no tiene nombre, y no se sostiene bajo ninguna circunstancia. Todas las energías que estos años han generado, no han servido para nada, la Extremadura acabara en el desguace y Santander se quedara sin un Museo único en el país. Con esa decisión, los dirigentes de nuestra ciudad y de Cantabria sencillamente se han pegado un tiro, no en el pie , sino que se lo han dado directamente en la cabeza, y no en la de ellos, sino en el de toda la ciudad, dejándola a esta sin la opción de ser un referente en nuestro país, ya que de haberse llevado a cabo el proyecto, Santander contaría con un gran Buque de superficie que podría ser visitado por los ciudadanos, tanto del lugar como foráneos, ello en un entorno único como es el Dique de Gamazo, lo que no se puede hacer en ninguna otra ciudad española.No solo esto pierden los ciudadanos de Santander, sino que también lo hacen los alumnos de la Universidad de Cantabria, la que podría haber contado con un aula incomparable para las prácticas de los futuros Marinos que cursan sus estudios en ella, justo enfrente del Dique de Gamazo.Es incomprensible que la Universidad de Cantabria que ha dejado todas sus instalaciones de la Escuela de Náutica para el Mundial de Vela, perjudicando con ello a sus alumnos, no haya dicho ni una sola palabra para evitar la importante pérdida para ella de un aula inmejorable y única como era la Fragata Extremadura. Todo lo que ha pasado con relación a este asunto demuestra de una manera inequívoca que en Santander vivimos de espaldas al mar, no digamos ya nuestras autoridades; eso a pesar de tener una de las bahías más bellas del mundo, aunque en estos momentos cueste mucho el encontrarla. Pero además que el problema haya sido la Autoridad Portuaria es un sinsentido. Luego hablan sobre la entelequia de la “Integración Puerto/Ciudad”.Lo que era un proyecto que podía dinamizar la maltrecha economía de nuestra ciudad, cuya idoneidad estaba amparada por estudios de Doctores de la UC, y que convertiría al Museo de la Fragata Extremadura en uno de referencia de nuestro país, y de los países de nuestro entorno, con la creación de un Museo Náutico Vivo, ubicado en un lugar único, como es el Dique de Gamazo, este acaba de fenecer por la avaricia incontenida de la Autoridad Portuaria, la que por desgracia no ha sido capaz de ver más allá de la pecunia, sin mirar otras cosas que el vil metal, y la que sin plasmar de una manera oficial en cifras concretas, pretendía cobrar unas desmedidas tasas por ubicar a la fragata Extremadura en el Dique de Gamazo. Tasas que eran imposibles de satisfacer. Para darnos una idea la Autoridad Portuaria cobra a la RFEV algo menos de 50.000 euros de tasas anuales por la concesión de la Duna de Zaera, que ocupa 2.500 metros cuadrados en el CEAR, y por la estancia de la Extremadura en el Dique de Gamazo pretendía cobrar más de 250.000 euros anuales, lo que no se puede entender solamente en base a la superficie que ocupan ambos proyectos.Esta pretensión contrasta con el hecho de que la Extremadura es un buque de la Armada y por lo tanto no paga tasas por su atraque, y que el Dique de Gamazo esta previsto para ubicar en él embarcaciones históricas sin tasa alguna por ello. Pues bien, a pesar de ello, la Autoridad Portuaria para impedir que la Extremadura llegase a entrar en Gamazo, la ultima traba que ha puesto, - tras haber superado la fundación todas las anteriores que intentaban “cargarse” el proyecto - , ha sido la económica, concretamente esas abusivas tasas. La posición de la Autoridad Portuaria, que solo piensa en el cobro de Tasas, contrasta con el abandono que esta mantiene en nuestros muelles. Solo hay que darse una vuelta por Puerto Chicho y ver de primera mano como esta. Por otra parte llama la atención la rapidez con que la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento y el Gobierno Regional han procedido en la tramitación del expediente de la Duna de Zaera construido en el CEAR, el que en apenas en una semana desde su inicio estaba ya solventado, incluso a falta de documentación , y por el contrario la excesiva lentitud en la tramitación de la ubicación de la Extremadura en Santander, la que después de 11 años de engaños, en el mes julio el proyecto ha fenecido, ello a pesar de que los Patronos de la Fundación que lo gestionaba estaba formado entre otras por las Instituciones Cántabra y Santanderina, y lo que es más importante, la Fundación contaba con Sponsors que hacían viable el proyecto, (una de la exigencias finales de la Autoridad Portuaria es que estos firmasen un compromiso de apoyo a la fundación por treinta años, lo que riza el rizo y demuestra el “talante” con que se ha estado funcionando en este asunto).En el tema de la Extremadura no cabe la menor duda que hay alguna “mano negra” que ha intervenido en contra del proyecto. Esto desgraciadamente no son alucinaciones, son hechos concretos. Cuando se comenzaron las gestiones para que el buque viniese a Santander, la idea fue expuesta al Gobierno Regional, el que de inmediato la hace suya, ofreciendo todo el apoyo para que esto llegase a buen fin, pasando a formar parte del Patronato formado para ello. Este caluros apoyo a los poco meses pasa a ser de una indiferencia total hacia el mismo; en ese momento coge la antorcha el que hoy es el regidor santanderino, el que en un encendido discurso dado con motivo de la marcha de la “Marola” de nuestro puerto, ve como algo único el que Santander cuente en sus muelles con la Extremadura. También poco a poco este ardor en la defensa del proyecto desaparece del edil, dejando hasta hace poco sin cubrir el compromiso económico de pagar la adhesión al patronato del que el Ayuntamiento también forma parte. También el entonces Presidente de la RFEV fue un ardiente seguidor de la empresa de traer la Extremadura a Santander, si bien a este el ardor le duro escasamente unas semanas, lo justo para vender a la ciudad el Mundial de Vela, en el aprovechando la euforia del momento, se auto contrato como Director de la organización del evento. Todos ellos empezaron en este proyecto como dice el refrán popular “con arrancada de Caballo Andaluz y terminaron (al poco e incomprensiblemente) con parada de burro manchego”. Este cambio sin más en su actitud no es comprensible, ni tiene explicación, si no es que una “mano negra” ha estado desde el inicio en contra del proyecto, ya que no se sostiene el que en un momento a todos los que se les propone que la Extremadura venga a Santander les parezca importantísimo para nuestra Ciudad, y a poco no muevan un dedo para traerla. Como dicen en Galicia “haberlas ailas”, lo malo, como en este caso, es dar con ellas.Por último y como un dato constatable de lo que podía haber aportado la Extremadura convertida en museo a nuestra ciudad, decir que en la de New York existe un Portaaviones atracado en sus muelles, el número de visitantes que anualmente pasan por él supera con creces al que visitan al Guggenheim en esa misma ciudad. José Francisco García de Soto y de la Roza Capitán de la Marina Mercante