El Grupo Ibaizabal cumple 150 años de actividad marítima recibiendo dos petroleros de nueva construcción
El Grupo Ibaizabal, que tuvo como primer capitán a Eduardo Aznar de la Sota, un hombre que decidió cambiar su destino y se hizo a sí mismo, cumple 150 años de actividad marítima, estrenando dos petroleros suezmaxes gemelos de nueva construcción: el “Montesperanza” y el “Montestena”, de 159.000 tpm cada uno.
construidos en el astillero surcoreano Samsung Heavy Industries, cuya entrega está prevista para enero y marzo de 2012 respectivamente. En plena crisis financiera internacional, con especial incidencia en nuestro país, Ibaizabal saca lecciones de su larga experiencia para navegar contra vientos y mareas. Desde el año 2000, ha adquirido un total de 20 buques de nueva construcción: 6 buques tanque, 2 unidades de offshore y 12 remolcadores.
Alejandro Aznar, Presidente de Ibaizabal Management Services y de la Asociación de Navieros Vascos (igualmente Vicepresidente de ANAVE de 2003 a 2009), subraya que “es la historia de una familia empresarial, más que de una empresa familiar.” Eduardo Aznar de la Sota, primer marqués de Bérriz, fundó la primera empresa del grupo en 1861. Era descendiente de una familia de brigadieres de la armada española y, aunque en un principio iba a seguir el mismo camino que sus antepasados, finalmente, gran conocedor del transporte marítimo en Bilbao, decidió crear una correduría marítima (intermediario en los contratos de fletamento entre los armadores del buque y los fletadores).
Posteriormente, Eduardo Aznar fue adquiriendo minas de la región. En 1880, fue nombrado vicecónsul en Bilbao de Portugal y los Estados Unidos. Dos años más tarde, se creó la primera empresa naviera familiar, Compañía Bilbaína de Navegación, una de las pocas de gran tamaño creadas en Bilbao no vinculadas a capital inglés. Reunía varios vapores que viajaban a Inglaterra con mineral de hierro y retornaban con carbón. Eduardo Aznar fue igualmente uno de los socios fundadores de la Cámara de Comercio de Bilbao y Presidente honorario de la recién creada Asociación de Navieros de Bilbao y de la Liga Marítima Española. En 1900, recibió de la reina regente, María Cristina de Habsburgo-
Lorena, el título de marqués de Bérriz.
“La trayectoria de Eduardo Aznar de la Sota responde a la de un hombre hecho a sí mismo que, a partir no del apellido, sino sobre todo del mérito, básicamente de sus conocimientos y su trabajo, logró encumbrarse en los estratos más altos de la sociedad bilbaína y española de principios del siglo XX”, resume Jesús María Valdaliso, en su libro titulado “La familia Aznar y sus negocios”.
Compañía Bilbaína de Navegación cesó su actividad a comienzos del siglo XX, “pues si algo caracteriza al negocio marítimo es su volatilidad, sus olas, siempre arriba y abajo”, recuerda Alejandro Aznar. Posteriormente, la familia operó tráficos tramp y líneas regulares mixtas de carga y pasaje fundamentalmente a Suramérica. Hoy en día, el grupo está centrado principalmente en el transporte de crudo, el apoyo a la industria offshore, la lucha contra la contaminación (con dos buques para los que tienen contratos con Sasemar y la agencia europea de seguridad marítima EMSA), y actividades de remolque portuario y salvamento marítimo.
En esta larga trayectoria, la familia ha ido creando diversas empresas, solapadas en muchos casos: Colectiva Sota y Aznar, Naviera Sota y Aznar, Naviera Aznar, Naviera Vascongada y una segunda Naviera Bilbaína. También se integraron en otros negocios marítimos, como Astilleros Euskalduna, Astilleros Juliana en Gijón y, actualmente, Grupo Ibaizabal, creada en 1906. Cabe destacar igualmente que Alejandro Zubizarreta y Eduardo Aznar y Coste, padre de Alejandro Aznar, fueron presidentes de OFICEMA (Oficina Central Marítima), antecesora de ANAVE.
El final del franquismo y la integración de España en la Comunidad Económica Europea supusieron un cambio en las reglas del juego que llevaron al cese de la actividad de Naviera Aznar y al desmantelamiento del grupo de empresas de la familia. Jesús María Valdaliso señala que estos cambios “actuaron como catalizador de un proceso de renovación del tejido empresarial del país, que ha traído consigo empresarios más dinámicos y empresas más competitivas y más acostumbradas a competir no sólo en el mercado nacional, sino en el mercado internacional.”
En la situación actual de crisis financiera, el Presidente de Ibaizabal subraya que el objetivo del grupo es “capear el temporal. No estamos preocupados por el tamaño, sino por que la empresa sea financieramente sana.”
En 150 años, 5 generaciones han ido llevando el timón del grupo: Alejandro Aznar es la quinta, y la sexta ya está trabajando en él: Aitor Aznar Valle-Iturriaga, sobrino de Alejandro, desempeña diversos cargos directivos en varias de las empresas.
La historia de esta familia empresarial quedará recogida en un libro conmemorativo que Ibaizabal publicará en breve.