LA HISTORIA DE LA ENSEÑANZA DE LA VELA EN SANTANDER ( II )
LA HISTORIA DE ENSEÑANZA DE LA VELA EN SANTANDER (II)
El artículo anterior repasaba la historia de la enseñanza de la Vela en Santander, desde sus inicio en 1967,por parte de unos entusiastas socios del RCMS capitaneados por gran amante de este deporte, hoy ya fallecido, Fermín Sánchez que junto con un grupo de entusiastas navegantes fundaron bajo los auspicios del RCMS la primera escuela de vela del País en un Club Náutico, hasta la creación del entonces CAR ya entrados los 90.
La Escuela del Puntal, fue la que despertó, de manera colectiva, el interés por la práctica de este bello deporte entre la ciudadanía de Santander, acercando a los Santanderinos y foráneos la posibilidad,-sin la necesidad de ser socios del Marítimo- hasta ahora desconocida entre el público en general, de poder aprender la práctica de este bello y complicado deporte al que hasta el momento era muy difícil, casi imposible, acceder.
Continuando en esta entrega con la narración desde la creación del entonces llamado CAR, hasta nuestros días. Narrándo en entrega anterior, las vicisitudes que paso la Escuela del Puntal después de que el propio Club que la creo “pasase” de ella, abandonándola a su suerte hasta que desapareció del mismo por los años 75 del siglo pasado, y de la cual, pocos Socios se acuerdan, incluso muchos, sobre todos los de nuevo cuño, desconocen su existencia.
Esta dejación del Marítimo de su Escuela de Vela, fue lo que hizo que el testigo lo cogiese la entonces Federación Norte de Vela, la que siguió con la misma actividad, incrementando incluso esta cuando paso a denominarse Federación Cántabra de Vela por aquello de las Autonomías.
Cuando el esfuerzo realizado daba los mejores frutos para la Vela Base Santanderina, y como consecuencia de las discrepancias del Presidente de la Federación Cántabra de Vela Sr. Mora con el entonces director de Deportes Sr. Martínez, -conocido también como “pepe el h…” , y autentica bestia negra del deporte Cántabro de aquellos tiempos, según declaraba la prensa del momento-. Al defender el Sr. Mora la continuidad en el cargo del hasta entonces magnifico Director de Deportes, Fernando Diestro, la Federación Cántabra de Vela abandono las instalaciones de la Isla de la Torre, continuando con la actividad de la enseñanza de la Vela desde el Casetón de Puerto Chico, el que ya por aquellas épocas presentaba un abandono secular.
Ante la ruinosa situación de esta ubicación, y como consecuencia del elevado número de alumnos a los que acogía la Escuela, la Federación Cántabra de Vela solicito de la Española la ayuda para crear un centro fijo en Santander.
Esto tardo muchos años en realizarse, durante los cuales se barajaron diferentes lugares para la ubicación de la Escuela, siendo uno de los más audaces el presentado por el Arquitecto Santanderino Federico García Germán, en el que transformaba, con un proyecto imaginativo y poco costoso, una de las viejas naves sitas en San Martin para reconvertirla en un lugar desde donde continuar con la enseñanza de la Vela.
Tras muchos devaneos y vicisitudes, que estuvieron a punto de dar al traste con el proyecto, el que casi se asienta definitivamente en Laredo, o en San Sebastián, adonde los interés particulares de algunos para la ubicación en Laredo y de los políticos para la de San Sebastián, estuvieron a punto de trasladar el centro a uno de estos lugares y con ello la pretendida y deseada Escuela de Vela por parte de la Federación Cántabra de Vela.
Cuando se consiguió, por fin, llevar a cabo el proyecto, de él se hicieron cargo la RFEV, el CSD y el Ayuntamiento de Santander. Con ello, la idea inicial de construir una Escuela de Vela para la Ciudad, se trasformo, al tomar parte el CSD en la financiación, en un Centro de Alto Rendimiento, para ocuparse en el llamado CAR, de la Vela Olímpica y, de rebote, de la Vela Municipal, dejando de de ser esta última función, la fundamental.
Pero el cometido Olímpico que se quiso dar la CAR, no llego hasta varios años después de inaugurado el centro. Por el contra, la Vela Municipal, a pesar de ser la hermana pobre de la instalación, funciono desde la apertura del CAR, centrándose su actividad inicial en llevar este deporte a los colegios, a la vez que comenzaron a realizar cursos de verano, los que, poco a poco, se fueron alargando al periodo invernal, pero no llegando nunca,- a pesar de establecerse y publicarse en el BOC las tasas de uso de las embarcaciones que la Escuela Municipal había adquirido para el centro y uso de los santanderinos-, a que los ciudadanos santanderinos disfrutasen de las ventajas y oportunidades que el CAR, en principio, debía proporcionar a estos. Desgraciadamente nunca disfrutaron de esas magnificas oportunidades para la práctica de la Vela, pues cuando algún ciudadano solicitaba el uso de las mismas, eran tantos las trabas que en el centro se le ponía, que nunca se llegaron a usar las embarcaciones adquirías para ello.
Aquellos años en los que el Ayuntamiento formo parte del patronato el CAR, este se uso también como centro del Remo Santanderino. Durante ese periodo se dieron situaciones esperpénticas como las de que apareciesen diseminados por el CAR billetes de 10.000 pts. (Aun no había llegado el euro a nuestro país).Paradójicamente este año 2013 se han puesto a la venta desde la RFEV algunas de estas unidades que se compraron para el uso de os santanderinos y que estaban sin usarse.
Tras el abandono del Ayuntamiento del Patronato que regia el funcionamiento diario del CAR como consecuencia de las Altas tasas, que ya en aquel entonces y sin haberse aun ampliado el CAR a casi el doble de su edificación, este tenía que pagar a la Autoridad Portuaria por la concesión del terreno, y tras sacar a personal del Instituto Municipal que tenía el Ayuntamiento trabajando en el centro. Para que la actividad de la Escuela Municipal siguiese activa, continuando con los bautismos de mar y acercando la vela al ciudadano, el IMS aportaba al centro una sustanciosa subvención, la que en los últimos años alcanzaba los 80.000 euros (13.310.880 pts.), pero ya no tenía ningún control sobre CAR.
Entre tanto el RCMS, creador de la primera Escuela de Vela en nuestro país, desde que en el año 75 se desentiende de la enseñanza de la Vela, se dedico únicamente a la realización de regatas para los mismo, pero nada hacía por la enseñanza de este deporte a sus Socios.
La falta de Presidentes que tuviesen hijos y de otros que teniéndoles no estaban por la labor, fue una de las causas de este abandono de la enseñanza de la Vela en el Marítimo, dejando, por comodidad, en manos de las entidades públicas la realización de este complicado cometido.
En febrero de 1992 la Directiva Presidida entonces por Antonio Pereda envió una circular a los Socios poniendo en su conocimiento lo siguiente, sic. “En relación con la Vela, este Real Club Marítimo de Santander tiene previsto la puesta en marcha de una Escuela de Iniciación a la Vela, a bordo de Galeones”.
Lo que nunca se llevo a efecto, sino que la previsión de aquella Junta Directica durmió el sueño de los justo más de una década, eso a pesar de la demanda de los Socios que tenían hijos que querían practicar la Vela. Esta fue la única ocasión desde 1975 en la que la Directiva se planteaba el volver a realizar la enseñanza de la Vela a sus Socios, ya que se encontraba en la cómoda posición que esta fuese impartida por entidades públicas.
Las Distintas Directivas que a lo largo de este tiempo han dirigido la Entidad, poco o nada se esforzaron por retomar la enseñanza de la Vela en la entidad, limitándose tan solo años más tarde por parte del Presidente Antonio Pereda a contratar a un Monitor y un ayudante para que la flota de “cadetes”, que había sido la mejor de España en aquel tiempo y de la que salieron la casi totalidad de mejores navegantes actuales, no desapareciese, cosa que al final ocurrió.
El actual Presidente, que lleva formando parte de las Directivas del Club desde el año 1991, solamente a finales de 2008, tras casi dos legislaturas dirigiendo el Marítimo y, ante la necesidad de varios Socios Directivos que tienen hijos en edad de aprender a navegar, organiza en él una Escuela, a la que denominan Escuela de Regatas, y en la que paradójicamente durante años lo único que no hacía, era que sus alumnos regateasen en las pruebas organizadas por la entidad.
Con el paso del tiempo en la Escuela de Regatas del RCMS se organizaron cursos en verano y en la actualidad la actividad se ha ampliado también a la iniciación.
A la hora de realizar este articulo, y ante las vicisitudes que atraviesa la Escuela del CEAR como consecuencia del ERTE que afecta al centro, esta ha dejado de impartir clases, por lo que sido sustituida por otra creada, de la noche a la mañana, por la Federación Cántabra de Vela, ante esta extraña coyuntura existe una gran preocupación entre el colectivo de los padres que quieren que sus hijos practiquen este deporte, los que han visto como ya ha desaparecido el 50% de los alumnos que acudían cada semana a las clases de Vela en la Escuela de Vela del CEAR.
En estos momentos la enseñanza de la Vela en nuestra ciudad está sufriendo una situación inaudita. Por un parte se cierra una Escuela en pleno funcionamiento, la Escuela del CEAR, por la que según las cifras oficiales han pasado desde su inicio 25.000 alumnos, de los cuales 2.000 lo han hecho el año 2012, y la que contaba en el momento de su cierre con casi un centenar de alumnos cada fin de semana; mientras, cosa extraña, se abre otra por la Federación Cántabra de Vela en el mismo lugar donde tenía la extinta su base, la que comparte explanada con la del RCMS, y en la que un nuevo plantel de dirección y monitores imparten la enseñanza de la Vela a partir de enero de este año. Mientras que en la Isla de la Torre la Escuela de Deportes Náuticos languidece año tras año sin aportar prácticamente nada a la Vela Santanderina, y la Escuela de la Horadada, dirigida básicamente la Windsurf, se ha visto perjudicada por el derribo del balneario “Polo Norte”, mientras que la que comenzó el año pasado su andadura en Pedreña, aun tiene de demostrar su capacidad como creadora de nuevos navegantes.
Para bien, o para mal, esta es la historia de la enseñanza de la Vela en nuestra Ciudad, la que en estos momentos, cuando con motivo del Mundial del 2014 debía de estar a rebosar de alumnos y de energía positiva, atraviesa uno de sus peores momentos como soporte, irremplazable, de la Vela.